Me siento sumamente feliz al informar que este post está escrito desde mi nueva máquina. Comprenderán que dado las circunstancias en que me encuentro inmersa esto constituye una verdadera alegría y francamente un milagro (aunque no me gusta el sentido teológico de ello).
La semana por sí misma ha sido un tanto irreal, el lunes atravesé por una situación rara, de lo que tan sólo puedo mencionar que incluyó un metalero, un gótico, una callejuela escondida, una noche sin mucho frío, una señora llamando a la policía desde su ventana y por supuesto yo en medio de todo el embrollo. Afortunadamente no pasó nada pero reconozco que toda mi confianza en esa gente se ha perdido, la apuesta que yo hubiera podido hacer por él la declino amargamente. Tan confuso fue el momento que terminé llamando a la última persona que debía llamar, pero contestó y hablamos unos cuantos minutos, minutos que honestamente fueron mucho mejores que meses y meses de confusión y rencor, aunque eso no significa que lo haya perdonado.
El martes el brindis prenavideño me llevó otra vez a las garañonas en Metepec, jajajajajaja... de esto puedo comprender dos puntos:
1) los parias y yo no nacimos para organizar eventos... casi pierdo a otro otra vez!!!!!!!!!
2) cuando piensas que tus amigos están ahí para ti... cuidado, no les prestes el celular, porque hacen llamadas vergonzosas a tu nombre
Así, cuando no me lo imaginaba Aby acababa de marcarle al ex Lord a quien yo le había marcado totalmente aturdida el día anterior. Aunque al principio no le di importancia lo inimaginable sucedio en el autobús (que por cierto nos dio un tour intenso por tierra de Aby). aquel imbecil del día anterior llamó, y aunque ya se me olvidó la mayor parte de la cosas que dijo me emocioné como en los viejos tiempos... y mala suerte, prometí verlo, aunque sinceramente no me gusta el plan que él proyecta. Algo curioso, dice que ya se cortó el cabello en un modo más sexy... jajajajajajaja... lamento tanto que la confianza no se recupere.
Ayer y hoy me la he pasado en casa, sin más compañía que mi familia, y viendo como aprendo a usar esta cosa, como nota amarga puedo decir que sufres menos cuando eres hipócrita y mentirosa en épocas como esas, a nadie le interesa lo traidor que eres aunque por dentro te estés quemando. En momentos como estos quisiera ser como Virginia, quisiera abrir el periódico y que alguien me dijera: Santa Claus existe.
Feliz Navidad a todos, aunque no sé que tan honesto se escuche viniendo de mí... CARPE DIEM
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