Sunday, December 07, 2008

Diaria mente XL

Las cosas se han vuelto más blancas por el invierno pero no menos interesantes, poco a poco comienzo a desinteresarme por cierta persona cuyo nombre ya no vale la pena, pero no cantemos victoria, hay matas que siguen brotando.
Creí que se me acababan las casualidades buenas, la última, la más fuerte, viene de la mano con mi nueva gran afición, jajajajaja...
Tal vez tenga una relación romántica con el Diablo... y esto no es alucine místico religioso blasfemo, se trata de cierto individuo moreno, cabello peinado hacia atrás, no alto (sólo algo más que yo) y un rostro de diablo que le ha conferido su nombre. Pero tratándose de mí la cosa no podía ser sencilla, él es amigo de mi Ex, situación incómoda tomando en cuenta que él y la parentela metalera fueron testigos de mí engaño y consecuente decepción.
El Diablo ya me había tentado (jajajaja) en octubre, poco antes de terminar en definitivo con el ahora occiso. El Diablo me había pedido primero que lo acompañara a madrearme a su ex novia, con quien estaba infinitamente enojado por su nueva relación con un tipo que llevaba un ramo de rosas. Obviamente, y dado que no me interesa que me hagan lo mismo, me negué a acompañarlo, pero a eso siguió un "acompañame" y una especie de declaración-petición-situación XX que incluyó la frase que me trascendió "tú siempre me has latido". Eso dijo el Diablo.
Pero nada pasó ese día porque finalmente yo estaba aturdida por la indiferencia del otro y la incredulidad del Diablo. Tal vez estaba urgido, o dolido, o estaba increíblemente triste y enojado, por lo que necesitaba a alguien, cualquier persona... yo.
Más de una semana después me volví a encontrar al Diablo, mi ex le había reclamado por la situación: "te la llevaste, eso no está chido". Mi secreta satisfacción, (estaba celoso, jajajaja) me llevó a un intentó de reconciliación que llevó a la inevitable verdad que mató todo.
Las siguientes semanas apenas vi al Diablo, y las veces que lo vi se mostró francamente lejano y sin ánimo de conversación. Yo pensé que todo había sido mentira, sus palabras y su invitación a "ser algo".
Pero esta semana me trajó un regalo inesperado. Me encontré al Diablo y después del pequeño reclamo de "tú ya no me saludas" vino lo demás. Me confesó algo: él ya me había visto, hace tiempo, antes de que el otro idiota me pusiera el mundo de cabeza. He descubierto en esta semana que algo parece estar bien con él, por lo menos quiero pensar que existe entre nosotros una complicidad, o bien un sentimiento de culpa compartido. Me ha pedido que asista a verlo tocar... jajajaja... metalero!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Eso me gusta... y el terciopelo negro le sienta bien.

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