Estaba soñando, y me ha costado mucho trabajo levantarme el día de hoy. Estaba soñando, soñe que estaba en una iglesia, parecía una de esas misas de fiesta, incluso estaba con mis padres, mis hermanos, en ese momento un grupo de "darkys" comenzaron a entrar como en pasarela, y ahí estaba, sin previo aviso y como en los viejos tiempos, Güevan (no se llama así, pero no quiero revelarlo a todos). La melena larga, la ropa de freak, el maquillaje blanco y los ojos fuertemente delineados, tal y como lo recuerdo en las primeras veces que lo vi, cuando él tenía mi edad, y yo tenía la edad de alguien más, pero de pronto todo se fue, la iglesia, los darketos, y él, así desperté, tal y como me había dormido, con la firme intención de no querer saber nada de nadie. Me pusé a pensar en esa época, recordé de hecho lo que pasó el lunes, llegué a la esquina de la casa de Güevan, pero no me atreví a ir y tocar, no quiería ver a alguien que no fuera él, pero no quería verlo a él, la camioneta negra estaba ahí, pero no... lo pensé, lo pensé cinco minutos y luego regresé a la entrada de Izcalli a tomar el camión.
Las cosas han cambiado en tanto tiempo, cuando cumplí 19 él me regaló la rosa negra que aun tengo junto a mi cama, pero ahora todo ha cambiado, se nos fue el tiempo, pensé en lo que me confesó por teléfono en medio de la oscuridad, ahora, teniendo él cinco años más que yo, 28, eso quiere decir que quedan 7 años. Siete años para estar con él y hablar y reir, y enojarnos porque después no podrá ser, "el tiempo pasa" dijo Úrsula Iguaran, "sí, pero no tanto" contestó Aureliano.
Supongo que es uno de esos casos donde mil detalles insignificantes se te vienen a la mente, y de pronto ahí está, una luz se hace en tu cerebro y la verdad está frente a tí, la verdad nunca dicha y aclarada, revelada ahora, en un instante demasiado tarde y remoto para rectificarlo.
No dejo de pensar que él ha cambiado, aunque de pronto me surge otra interrogante, ¿no será que la que cambió fui yo? ¿fui yo quién se traicionó en vez de él? Esto me enoja tanto que podría azotarme la espalda con una vara si la tuviera cerca.
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