Aprovechando el clásico domingo toluqueño he ido al mercado, debí de haber llevado la cámara conmigo, había cientos de imágenes listas para ser capturadas, pero las he dejado pasar hasta otra ocasión en que tenga a mi camarita conmigo.
Hay algo enternecedor en el mercado, en los comercios, gente de verdad trabaja ahí, me pregunto cuantos sueños se han quedado arrumbados para despachar un kilo de bisteces, ¿son los polleros exitosos? ¿por qué verdulero es un insulto?
No son ganadores del Oscar, ni millonarios, ni atractivos según People, ¿entonces como viven si no hay éxito? y lo peor, si viven sin éxito entonces ¿por qué no dejamos de perseguir el éxito?
Yo podría ser vendedora toda la vida, o podría seguir armando cajas o acomodando pan hasta los cincuenta años, no sería un éxito, pero sería fácil, y cómodo, y es un empleo honesto creo yo, a menos que tires el pan al suelo, o que no dobles la caja en la línea punteada, o que des menos cambio del previsto.
Alguien allá fuera debe soñar con ser vendedor, o verdulero, o pollero... espero que eso sea posible, sino estaría comprobado que para el éxito de uno solo se requiere la desgracia de diez mil más... Alejandro es Magno, hasta Darío fue grande, pero ¿quién recuerda al primero en morir en batalla, al que sostuvo el estandarte o al que lanzó la primera espada?
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