Sunday, April 11, 2010

Y esto lo muevo aquí...

martes 18 de agosto de 2009

La vida detrás del mostrador...

Tengo ganas de quejarme un rato...

Trabajo en una imprenta, soy diseñadora, y básicamente dedico mi tiempo a preparar archivos para impresión, sacar placas y negativos (y uno que otro positivo, pero lo positivo nunca fue lo mío).
Hay cosas que me gustan, como poder nutrirme constantemente de todas las ideas, imágenes y conceptos que llegan diariamente, y hay cosas que no me gustan, como las que mencionaré a continuación:

1. El cliente de "ya traigo mi diseño"
Mi respuesta: jajajajajaja

Me explico: el diseño se cobra, ¿ok?, digo, sino no hubiera estudiado diseño gráfico y habría estudiado para prensista o para técnico en computación...ahhhhhh... el punto es, que casi no hay día que no llegue una persona a solicitar una factura, una tarjeta o lo que sea, y sale con la cantaleta de "yo ya traigo mi diseño", así que, cuando te pasan sus virulienta memoria usb descubres, además de cinco troyanos, un archivito en Word o en Excel, un "diseño" en power point o una ilustración en Paint, ¡Hermoso! Y luego todavía se enojan si les dices que lo tienes que cambiar, porque además de todo las imágenes están más que pixeleadas, las tipografías no pasan de dingbats de florecitas y los logos resultan ser un clip art o bien una imagen de 60 x 54 pixeles... conmovedor!!!!!!!!
Y al final todavía te topas con el famoso "pero si ya esta hecho, ¿que le vas a cambiar?
Creanme pesadilla para no "traicionar" la esencia de un Word Art...

2. Diseñadores hablando a otros diseñadores pretendiendo que son los únicos diseñadores cuya estética realmente cuenta en ete mundo
Mi respuesta: un día me pasó a mí...

El mundo es un lugar pequeño, muy pequeño, y también es un lugar donde existen muchas cosas que no quisieras que existieran, como la competencia.
Trabajando en la imprenta me he topado con gente que estuvo conmigo en la escuela, tanto como compañero como profesor, así te das cuenta de dos cosas: los profesores no son tan grandes como parece, y segunda, los demás se han movido y por un par de segundos o bien se ven superiores a ti, o bien notas que andan igual de fregados que tú.
Ahora la principal desventaja de imprimir para diseñadores no viene del hecho de que sean colegas, sino del hecho que hacen su diseño como el dios del diseño les dio a entender y le dejan al impresor (y a mí) la muy desagradable tarea de arreglartelas para sacar el negativo (porque el patrón lo quiere barato a tres tintas). Una malla es una pesadilla, el rebase es la muerte porque implica replantear hasta el formato y luego cuando aplican el famoso "no convirtio a curvas" todo, todo todo está perdido...
Si, el diseñador y el impresor tienen una relación especial de odio-amor, como diseñadora sé que un impresor puede cambiarle el sentido a todo tu trabajo, y como "pre-prensista" (jojojo, no sé si exista el término) puedo asegurar que muchos diseñadores gráficos no saben lo mucho que complican el trabajo con efectitos, tipografías, suajes y elección de colores...

3. No diseñadores haciendo diseño
Mi respuesta: lo malo no es que no diseñadores ejerzcan el diseño, (que si es malo en sí), sino que a veces son más prácticos y hábiles que muchos diseñadores de profesión.
He conocido abogadas que ejercen diseño y son contratadas por grandes empresas (y que tienen perefectamente catalogado lo que pueden y no hacer en impresión), hay muchos arquitectos que aprovechan su conocimiento en planos para pasarse a la comunicación gráfica, y mis favoritos, comerciantes que saben lo que quieren, y cuya voluntad no mueves ni aunque les muestres los sagrados principios de la Bauhaus. Pollos con las piernas abiertas, degradados rojos, el dibujo del hijito en la etiqueta y otros caprichos han teñido mis sueños... ahhh, no dormiré pensando en eso...

Más después...
Publicado por lirio mors en 19:46
Etiquetas: Arte y oficio sin beneficio, Particularmente yo...

1 comment:

Celeste♥Castillo said...

Hola.
Me imagino (no sé yo) que a pesar de todo el sufrimiento que te hacen pasar debes mantener una sonrisa y siempre un 'sí, como guste'.
Suena gracioso :P (perdón, yo sé que es un martirio), pero es que la sabiduría del cliente siempre es inmensamente mayor a la de nosotros, los viles lacayos.

Buena suerte, mejor sonríe ;).

Nos leemos.