Wednesday, July 26, 2006

Réquiem por otra vida


No pertenezco a mi tiempo, sin duda, soy lo que no debí haber sido, el mundo es siempre lo que no debió haber sido.
¿Dónde quedó la gloria de los viejos tiempos? ¿Quién usa aun los antiguos trajes de terciopelo real? ¿Quién viste de púrpura y corona de armiño?
Estaba destinada a la realeza, mis ancestros gobernaron sobre diez mil súbditos, ahora no quedan más que cenizas, recuerdos que ya nadie conserva en la cabeza.
Pude haberme paseado por inmensos salones vestida en seda y satín, en cambio no uso más que un raído abrigo de tiempos lejanos, mientras arrastro mis pies cansados por las callejuelas solitarias de una ciudad que la gente ya no encuentra en sus mapas.No queda más que polvo y recuerdos, y un montón de viejas fotografías de cadáveres que alguna vez fueron lo más grande que hubiera podido soñar.


ALUCINACIONES

“Sé que lo mismo te da lastimar a una vaca que a mí, lo que no entiendo es porque no elegiste a la vaca”

Sabes perfectamente que no podría escribir a nadie más, me retuerce saber que existes para alguien que no sea yo, me tortura saber que tu carne fue mordida por ella, pero me inquieta más tu inmensa indeferencia ante mí.
Diablos, me desconozco, ¿Por qué siempre digo diablos?, sé que no me escuchas, crees que se trata de una pasajera obsesión, sabes que podría arrancarme los órganos y regalártelos en una charola de galletas, bueno, es probable que no lo sepas, pero es lo que quiero decir cuando te digo algo más.
Tal vez algún día sea completamente clara y directa, tal vez acepte que veo la luna preguntándome si tú la ves también, tal vez te enteres de que a nadie más había escrito de amor antes que a ti, tal vez te inquiete que escriba en los camiones todo lo que nunca pude decir en alto ante nadie sobre ti.
Te juro solemnemente que no es obsesión, tan sólo es el hecho de que representas todo aquello a lo que yo ya había renunciado pero que retome por ti, por ti recorrí calles que no había pisado en la vida, por ti encontré la poesía en una canción que jamás me había interesado antes, por ti me exhibí como una “locasuicidasincriteriodesconectadadelarealidad”. Sé que no es tu culpa pero no puedo dejar de pensar que fue por ti, aun cuando sé que dedicas tus letras a alguien más.
Tal vez algún vomite ese barullo enfrente del mundo entero, sabrás que eras tú, aunque preferiría que no estuvieras ahí para verlo, fingiré demencia y todos pensarán que fue una simple alucinación colectiva, sé que todos creen que no podría sentir algo así, pero tu sabrás que era verdadero, por eso no quiero que estés ahí.
Aléjate y déjame seguir torturándome mentalmente, cuéntame que soñaste con dios o que tu gato se comió un roedor, actúa como si no fuera yo quien realmente soy, tu patética sombra, tu perro infeliz como diría alguna vez Saúl Hernández.
Ahora que lo pienso este escrito debió llamarse “tal vez” o “por ti”, patéticamente, no creí escribir algo así.

Friday, July 14, 2006

ACHAQUES


Jhjkhjk hggh fhfghgnl,nhjlhnhjn fghnkn,kj, así se escribe desesperación…

I have lost the will to live, simply nothing more to give
There is nothing more for me...
(Cliff Burton)

Mi imagen no volvió a ser tan perfecta como ese día, por primera vez hubiera podido perder la eternidad en un instante, jamás tal imagen se había visto reflejada en el espejo, era yo, como quería ser yo.
Arropada en negro, cabello largo y nítidas ojeras, tal y como hubiera sido hace cien o trescientos años. La media luz más calmada que he visto en mi vida, el autobús vació mostrándome tal y como soy en el mundo exterior, recluida al final, en el rincón sombrío donde las señoras no bajan porque tienen miedo de caer y los hombre se empeñan en buscar para demostrar lo fuertes que son.
Nunca más volví a hallarme en ese autobús, me subí muchas veces, muchos viernes, la misma hora, pero nada se comparó a esa imagen en el espejo retrovisor, el tiempo pasa, el autobús no llega, no habrá otro autobús igual, otro momento de perfección mental, tan sólo queda lo que veo en el otro espejo, a mí, en la realidad.
Dicen que tengo aspecto de vieja, tal vez se debe a mi asombrosa capacidad para no escuchar a los demás, o tal vez mi afán de vestirme como las viudas de antaño, o pudiera ser que se deba a mi edad, es posible, aunque no la veo, veo esas delgadas líneas bajo mis ojos y no lo creo, no pueden ser arrugas, alguien más está en el espejo.
Creí que aun tenía quince años, me miro en el espejo y soy la misma persona que jugaba a cortarse con tijeras de costura, la misma nariz y la misma boca, pero algo ha cambiado, un color diferente en la piel, y la misma pregunta todos los días: ¿estás enferma?
Ya nada queda de los días nublados en el centro, caminatas amenizadas con música y ropa de terciopelo, charlas sobre conciertos y miradas desde los puentes peatonales.
Me sorprende mi cabello, creí que era negro pero ya no lo es, pequeños filos blancos se asoman entre la espesa mata desaliñada; ya que importa, dejémoslo crecer. Dejemos la blancura devorar a la oscuridad como el día a la noche y la noche al día.
Supongo que ahora me obsesiona el tiempo, por eso siempre odie los relojes, piik así se oye mi cabeza golpeando contra el teclado, es hora de dormir, ya no hay que decir.

vm,vvbmnvmnv,mkghkljkjñldfñbgkkgkblkgkvbkv, así se escribe aburrimiento.

Saturday, July 01, 2006

Reseña: lo bello y lo siniestro

Tradicionalmente, hablar de lo siniestro es hablar de todo aquello que nos da miedo, aquello que es malo y que es contrario a lo bueno, como la diestra y siniestra, lo bueno y lo malo, lo bello y lo grotesco, porque lo grotesco es parte de lo siniestro. Ya desde el inicio Eugenio Trías nos plantea en su libro “lo bello y lo siniestro” todas estas facetas que lo siniestro ha adquirido en nuestra mente y en la idiosincrasia popular a lo largo de los siglos.
Para empezar con el análisis, Trías nos introduce en otras dos de las categorías estéticas más importantes: lo bello y lo sublime. Lo bello, definido hace más de dos mil años por los griegos, es hasta el día de hoy, la pauta para lo que muchos llaman arte, lo armonioso y simétrico, lo limitado, lo contrario al caos, porque el caos es ilimitado. Por otro lado lo sublime, la pequeñez del hombre en comparación a la grandeza de la naturaleza, es recordar lo finitos que somos comparado con la infinitez del universo, y acercándonos, en una mezcla de fascinación y temor, al caos de la tormenta; ver, como lo vio Turner, el paisaje que ningún ojo humano pudo ver.
Ahora si lo bello es lo armonioso y simétrico, con un principio y con fin, en contraposición a lo sublime, que es lo infinito, y lo dispar entre hombre y naturaleza, ¿en donde queda lo siniestro? Y ¿Qué lugar ocupa en nuestra mente?
Lo siniestro es, tradicionalmente aquello que nos da miedo, que puede dañarnos o bien que nos produce repulsión. Viendo estas características podríamos decir que lo feo lo deforme e inestable es siniestro, pero al seguir leyendo nos topamos con una característica indispensable de lo siniestro, el estar oculto, el permanecer bajo un velo casi impenetrable. Y no es que lo siniestro deba estar oculto, para que sea siniestro es preciso que “eso” sea revelado.
Lo nos lleva de la mano a conocer las teorías de Sigmund Freud, “la sensación de espanto que se adhiere a las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”. Ahora, si lo siniestro está en lo conocido, ¿Por qué nos causa miedo? Es muy simple, nadie sabe que lo siniestro está ahí, porque no deberíamos verlo, pero lo vemos. Freíd menciona seis diferentes situaciones de lo siniestro: los maleficios, los dobles, lo inanimado que cobra vida, las repeticiones, las amputaciones y lo fantástico. Todas estas son situaciones que no “deberían” pasar, que no son normales y por lo tanto no deberíamos verlas. De modo que la sensación de lo siniestro comienza cuando vemos algo que no deberíamos ver, y tiempo después, al encontrarnos en similar situación reactivamos ese temor que quedo como impreso en nuestra mente tiempo atrás, pero, para que lo siniestro se revele como tal, debe de haber sido algo bello.
Pero ahora nos preguntamos, ¿Cómo puede lo bello ser parte de lo siniestro? Lo bello es, como se mencionó anteriormente, lo armonioso, lo finito, lo simétrico y el orden. Pero, según lo que dice el libro, la belleza sólo es belleza cuando cubre algo más, Rilke lo dijo: “la belleza es el comienzo de lo terrible que podemos soportar”.
Esto nos conduce a otro hecho que es universalmente conocido: el sentir placer por el dolor o por el miedo, y en el libro tenemos dos excelentes ejemplos de ello: el cine de terror de Hitchcock, y la tragedia griega. En un extremo tenemos ambas formas de arte como representación de esa necesidad del hombre de ver de cerca nuestros propios temores sin que nos afecten realmente. Pero por otro lado son fiel reflejo de lo siniestro que se extiende en el exterior, la tragedia de Edipo, por ejemplo, donde lo siniestro del maleficio condena a un hombre que nada puede hacer por cambiar su destino.
Para finalizar podemos concluir en dos cosas. La primera es que lo siniestro es algo que permanece oculto y que se revela en un momento dado para desdicha de muchos. Y la segunda cosa es que lo bello es tan sólo un velo que cubre aquello que no debemos ver, dentro del arte todo aquello que sea bello tendrá algo oculto, algo que tal vez no queramos ver, si es que no queremos padecer.