He pasado casi un año lejos del blog y pareciera que ha sido una eternidad: ¡te extrañé mucho querido blog!
Siento que estoy cayendo poco a poco, me siento un poco como Clementine con cabello azul, esa sensación de que algo no esta bien, una especie de sentimiento de culpa que no me deja desde la mañana hasta el anochecer, a veces se ahoga entre otros ruidos, pero otras veces prevalece, y es ahí donde inicia la ansiedad.
He descubierto lo mucho que me ayudaba el blog, era al menos un modo de liberar lo que sentía, una salida cuando no tenía a quien referirme, incluso si nadie lo leía ni comentaba, pero parecía que al menos existía una opción a quien acudir.
Hoy siento que me he quedado completamente sola, todos aquellos a quienes consideraba mis amigos se han ido alejando, sea por diferencias irreconciliables o por simple curso de la vida de cada quien, todos emprendieron vuelo mientrás yo sigo exactamente en el mismo lugar.
Sin embargo debo aclarar que yo también he terminado por alejarme de ciertas amistades, en parte porque sigo avergonzada por toda mi crisis, y en parte porque ya no siento que puedo ser comprendida por ellos, y cuando no siento comprensión termino por callarme e irme, como decía una amiga precisamente; "cuando alguien no está en tu nivel te aburres, y te vas". Supongo que en efecto así soy.
Tengo ganas de conocer a alguien nuevo, alguien en quien pueda confiar, alguien que no me haya visto en el momento más bajo de mi existencia... pero encerrada en casa no parece haber posibilidades, no sé, espero que si.
Sé que voy a levantarme un día y que todo va a ser menos pesado, ahora sé que debo, ya no estoy sólo para mí, sino para Vladimir.
Les dejo una imagen de Vlad, quería poner una imagen para no hacer tan plano el post, y quería que la imagen fuera mía, pero ya no tomo fotos, no sé bien porque, antes yo siempre llevaba mi cámara y tomaba fotos de todo, ahora no, perdí esa costumbre, así pasa ¿no?.
