Tenía que romper el silencio y decir algo, porque la noticia me ha conmovido profundamente, creanlo o no, díganme exagerada si quieren. ¿Ven a ese niño en la primer foto y a ese anciano en la segunda? Son la misma persona, casi 90 años después, y ayer, cuatro de julio, a las 3:00 am. el archiduque Otto ha muerto, fallecido simplemente por el desgaste natural de su cuerpo, llegó a los 98 años de edad.
De nombre completo Francisco José Otón Roberto María Antonio Carlos Maximiliano Enrique Sixto Javier Félix Renato Luís Cayetano Pío Ignacio, el Archiduque nació en 1912 en la Baja Austria, hijo de Karl, heredero al trono de Austria-Hungría tras el asesinato de Francisco Fernando, y de la princesa Zita de Borbón-Parma, y posteriormente casado con Regina de Sajonia-Meiningen con quien tuvo varios hijos, entre ellos Karl, quien ahora tomará el lugar de su padre como jefe de la Casa de Habsburgo.
Era él el último bastión del pasado, Otto, proclamado, cuando niño, príncipe heredero del imperio austrohúngaro, ¿se imaginan ustedes esa vida? una vida donde Hitler y el nazismo aún no surgían, una vida donde el comunismo aún no dominaba el este de Europa y donde el Gran Padre de Europa, Francisco José aún se erigía como la personificación del poder absoluto.
Pero Otto se ha ido, como se fue al final de la Primera Gran Guerra su imperio, desmembrado por los aliados y provocando una desestabilización que hasta el día de hoy no ha cesado de cobrar víctimas y provocar odios entre los pueblos que en siglos anteriores vivieron amalgamados por la persona del Emperador de Austria.
Profundamente católico (su propio padre, el emperador Karl fue canonizado en 2004) Otto sirvió a la comunidad Europea como miembro del Parlamento Europeo y también como Presidente de la Unión Paneuropea Internacional. Ser de cuatro nacionalidades: austriaco, húngaro, croata y alemán, Otto se consideró un europeísta, un ser contrario a los nacionalismos exacerbados, en su momento enemigo de los regímenes nazi y comunista, quienes lo condenaron al exilio de la tierra que su familia gobernó por setecientos años.
Descendiente de la familia más importante en la política europea, con un linaje real totalmente impecable, espectador en su niñez de los rituales más simbólicos de la vieja realeza; un funeral imperial, una coronación, y testigo cercano de los acontecimientos que formaron el mapa europeo actual y que marcaron la historia mundial, con Otto muere el último eslabón del imperio más reconocido de todos los tiempos "donde nunca se pone el sol". Descanse así el hombre que debió ser emperador y no lo fue, un rey sin corona, un aristócrata de cepa y un noble no sólo de cuna, sino de acción y pensamiento.
A. E. I. O. U. Austria Est Imperare Orbe Universo